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«Cada niño tiene su propio proceso madurativo y existen multitud de factores a analizar»

Susana Mezquida es psicopedagoga, especializada en neurodesarrollo. Fundadora del centro Pedagogía Madrid, lleva más de 10 años trabajando, fundamentalmente con niños con dificultades de aprendizaje, trastorno del desarrollo, TDAH, dislexia, altas capacidades, problemas del lenguaje, alta sensibilidad.


Parece que los acrónimos relacionados con las dificultades para aprender y relacionarse (TDAH, TDA, TEA, PAS…) son cada vez más frecuentes, ¿cómo y dónde debiera empezar la detección y su abordaje? ¿Crees que existe una sobremedicación?


Efectivamente estos diagnósticos vinculados sobre todo al aprendizaje escolar han aumentado de forma alarmante. Por mi experiencia creo que el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) está posiblemente sobre-diagnosticado. En muchas ocasiones, su tratamiento no debería empezar por la medicación, como se especifica en las recomendaciones del propio medicamento para TDAH, y no administrarlo a menores de 6 años.

La detección de estos problemas comienza en las consultas de pediatría y en el centro escolar. En la etapa de Educación Infantil ya se pueden observar indicadores, muchas veces provocados por forzar un aprendizaje para el que no están preparados. En mi opinión estos diagnósticos disminuirían si los niños comenzaran el aprendizaje de la lecto-escritura a los 6 años, y tuvieran la oportunidad de una mayor estimulación sensorial, motora, manipulativa, musical, visual.

«Por mi experiencia, creo que el TDAH está


sobre-diagnosticado»

La estimulación sensorial y de motricidad fina-gruesa es fundamental para un correcto desarrollo neurofuncional. Lo vemos así en otros países donde no llegan a ser tan profusamente diagnosticados y medicados los peques de 4,5 y 6 años. Así se evitaría mucha frustración y bajo autoconcepto causado por no alcanzar resultados para los que en realidad aún no están preparados. Algo tan frecuente como la desatención y el exceso de movimiento, son síntomas de un trastorno madurativo que podría subyacer en el niño desde sus primeros meses de vida.


Desde tu experiencia, ¿cuáles son los casos o consultas más comunes?

Las consultas más frecuentes son la falta de atención y concentración, la hiperactividad, dificultades en el aprendizaje en general, la memoria. También acuden a consulta familias por un mal comportamiento, hipersensibilidad (PAS), dificultades para hacer amigos y mantenerlos, o altas capacidades, por poner algunos ejemplos.


¿Qué es la inmadurez neuromotora y en qué se diferencia respecto a los trastornos que antes mencionamos?

La inmadurez neuromotora o trastorno del neurodesarrollo es la ausencia total o parcial de alguna de las etapas o hitos del desarrollo evolutivo. Esto supone presencia de reflejos primitivos. Estos reflejos se desarrollan desde la etapa uterina hasta primer año de vida, se puede alargar un poco más y se inhiben de forma natural gracias a los propios movimientos que realiza el bebé. Existe inmadurez cuando estos reflejos están aún presentes en niños de 5, 6 o incluso 12 años.

Los síntomas son poco equilibrio y coordinación, mucho movimiento, falta de habilidades de motricidad fina, mala letra, están mucho en su mundo, hipersensibilidad a todo, falta de atención sostenida y selectiva, poco control de esfínteres, explosiones emocionales. Existe co-morbilidad entre la inmadurez neuromotora y muchos de los diagnósticos más habituales, ya que el escenario sintomatológico es similar o igual a los que presentan todos estos casos.

Por ejemplo un niño de unos 5 o 6 años, con problemas para permanecer sentado, malas posturas, poca coordinación derecha-izquierda, al que se le caen las cosas de las manos continuamente, que le cuesta el aprendizaje de la lecto-escritura, atención dispersa, poca concentración, podría presentar un trastorno del neurodesarrollo y a la vez ser potencialmente diagnosticado como TDAH.


¿Cuáles serían en tu opinión las señales a las que deben atender los padres para detectarla y dónde deberían acudir en primer lugar?

Durante el primer año de vida deberán poder alcanzar por sí mismos todos los hitos del desarrollo: levantar la cabeza en posición prona (boca abajo), darse la vuelta, sentarse (nunca debemos sentarles si no lo han conseguido por sí mismos), arrastrarse, reptar, gatear, levantarse, hablar.

«Algo tan frecuente como la desatención y el exceso de movimiento son síntomas de un trastorno madurativo»

Si están en la etapa de Educación Infantil, hay que atender a los comentarios que hacen los profesores. Observar si es muy patoso, descoordinado tanto en habilidades motrices finas como gruesas, lento en su aprendizaje escolar. Cómo se relaciona. Si se tira mucho al suelo, busca chocarse con los demás, le cuesta subir o bajar escaleras, no controla sus esfínteres, etc. Es importantísimo recordar que cada niño tiene su propio proceso madurativo, y existen multitud de factores a analizar.

Si las dificultades se observan en Educación Primaria, suele haber suspensos, problemas en la asimilación de conceptos, poca memoria, falta de concentración, hiperactividad, dificultades en sus relaciones sociales. Considero muy importante que los docentes reciban formación al respecto y puedan derivar a la familia a un centro adecuado. En nuestro centro ofrecemos cursos para docentes en neurodesarrollo, tanto de detección como programas de estimulación motora para grupos.


¿Qué importancia tiene el trabajo con los reflejos primitivos?

Lo primero es realizar una valoración completa del niño, y poner en marcha una intervención personalizada para cada caso. El trabajo de neurodesarrollo y la reorganización neurofuncional es emocionante, hemos visto grandes cambios en niños que vienen por muy diferentes motivos, con o sin diagnóstico. Trabajamos mano a mano con las familias, ya que una parte de la estimulación motriz la realizan en casa, vemos cómo poco a poco se van acercando a su verdadero potencial, a nivel emocional se vuelven más seguros de sí mismos, adquieren habilidades que mejoran los resultados escolares, sus relaciones sociales o el comportamiento.

Es importante recalcar que también existen casos de altas capacidades con problemas de inmadurez neuromotora. Aquí es más difícil diagnosticar correctamente, ya que pueden ser niños con escritura no legible, que invierten o confunden la orientación de las letras, torpes, o bien con poco control del movimiento, digamos que sus habilidades motrices no les siguen, y se les evalúa a partir de sus trabajos de lecto-escritura. Estos niños se llegan a frustrar muchísimo, porque no pueden demostrar su gran potencial y son diagnosticados solamente en función de sus dificultades y no de sus capacidades, imperceptibles a través de su letra y los errores que cometen.

«Es muy importante el trabajo colaborativo entre los diferentes profesionales para dar un enfoque lo más completo posible»

¿Qué otras herramientas se emplean para la estimulación neurofuncional?

Nuestro trabajo se basa en las técnicas de Peter Blythe, desde la psicología neurofisiológica, y del Dr. Blomberg, psiquiatra sueco y su método de neurodesarrollo, pero hay más técnicas para una estimulación neurofuncional.


Para un abordaje integral, ¿qué profesionales son los que debieran trabajar en colaboración, en tu opinión?

Creo que es muy importante el trabajo colaborativo entre los diferentes profesionales para dar un enfoque lo más completo posible a todos los factores que están afectando el desarrollo de un niño. Nuestro equipo está formado por un optometrista, audióloga especialista en estimulación neuroauditiva, psicóloga, pediatra, especialista en altas capacidades y nutricionista. No hay que olvidar que nos ponemos en contacto con el centro escolar y hablamos con los tutores, profesores del niño si el tema es de aprendizaje, y por supuesto la familia es una parte fundamental del proceso.


¿Cómo empieza el trabajo en tu consulta?

Creemos que lo más importante es encontrar la causa, realizar una valoración muy completa de cada caso, abordarlo desde un enfoque integrativo y multidisciplinar, colaborando estrechamente con la familia, con gran respeto y profesionalidad.

«Cuanto antes se pueda detectar, mejor»

¿Qué papel tiene la escuela y cómo pueden ayudar profesores y padres?

Los padres deben acudir cuanto antes y realizar una valoración si están viendo en sus hijos un posible problema, es más fácil atajarlo con 4 años que con 10. Los profesores también dan señales de alarma. No esperar a que el alumno llegue a Primaria; si antes se puede detectar, mejor. Una buena comunicación entre profesores y padres es importante, así como para nosotros contar con su colaboración. Nuestro programa de estimulación tiene una parte que se realiza en el domicilio familiar y otra en la consulta, hemos tenido casos en los que incluso el colegio se ha ofrecido a realizarlo en las horas de apoyo, son unos ejercicios durante aproximadamente 15 minutos diarios. El cerebro necesita repetición y constancia diarios, y por eso enseñamos a los padres como hacer estos ejercicios, los supervisamos y los vamos cambiando según vaya avanzando el proceso de mejora. Los profesores deben estar al tanto de lo que estamos trabajando con el alumno, y son los primeros en ver los cambios, por eso hablamos varias veces mientras duran las sesiones. La información que nos dan sobre el alumno es muy valiosa, y complementa la aportada por la familia. Los docentes normalmente están muy dispuestos a esta colaboración.


¿Cómo se podría realizar una prevención? ¿Qué pueden tener en cuenta las futuras madres y padres?

Yo iniciaría la prevención ya en el periodo de gestación. Tener un embarazo tranquilo y cuidándose es fundamental en un momento tan crucial para la vida de nuestro futuro hijo/a. Dejar que el bebé pueda tener acceso a todo el movimiento que quiera realizar, antes de gatear, mientras se prepara para hacerlo. Esto significa mantita en el suelo, tiempo y estímulos como juguetes, cosas de colores, texturas y nuestra voz, hablarle, tocarle, jugar. Y dejarles que se muevan por ellos mismos. Evitar sillitas, tumbonas, y todo lo que les inmoviliza, usarlo solo si es necesario. Evitar dispositivos electrónicos estos primeros años de vida. No los necesitan, reducen en gran medida su estimulación neuromotora. Hasta los 6 es perjudicial para su desarrollo.

Cuando empiecen a gatear dejarles el tiempo que necesiten antes de que quieran y puedan empezar a caminar. No hay que tener prisa en estas etapas, todos evolucionan a su ritmo, es muy importante tener esto en cuenta. Una buena estimulación visual y auditiva utilizando objetos, música, hablarles, gestos, movimiento.

Autora: Marta Gandarillas, Periodista especializada en Salud Natural, Titulada superior en Naturopatía y Terapeuta de Jin Shin Jyutsu

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